En ese aspecto, comienzan a abrir la puerta para un esquema de “V” y que los alcaldes puedan ir colgados de las dos boletas a gobernador y presidente, una opción que la exministra de Seguridad rechaza.

Eso ocurre, hasta el momento, con el alcalde de La Feliz y con la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez (para no generar conflicto con Jorge Macri), mientras que el resto de alcaldes amarillos prende velas.

Desde el entorno de Bullrich aseguran que no va a dar su boleta a quienes no le garanticen “cuidar” su boleta, mientras que los jefes comunales ven en esa postura inflexible un método de disciplinamiento. El látigo, que castiga a quienes no se inclinan por su sector.

En el distrito de Mar del Plata estaría pronto a oficializarse una decisión trascendental. La decisión de darle el esquema de “V” a Guillermo Montenegro estaría cerrada y con ella, el lanzamiento a la reelección del intendente. La definición tiene un fuerte sustento en los números: General Pueyrredon y la Quinta Sección aportan un gran caudal electoral tanto en Nación y Provincia y el actual jefe comunal cuenta con la intención de voto y las encuestas de su lado.

A su vez, Montenegro funciona como prenda de unidad entre los distintos socios de la coalición, quienes ya habían advertido de la posibilidad de jugar en caso de que el intendente desista de competir por otro mandato. Además, la alianza entre Acción Marplatense y Unión por la Patria, supone la ilusión de una oposición, en principio, más competitiva y que requeriría de la mejor carta para defender el bastión amarillo. Sin embargo, para ello, necesitará del aval de la Justicia Federal Electoral, con competencia en la provincia de Buenos Aires para poder adherir sus boletas.

En las últimas semanas, Montenegro fue vinculado a distintos escenarios, entre ellos como compañero de fórmula de Diego Santilli en la Provincia. A su vez, desde el bullrichsismo habían deslizado la posibilidad de sumarlo como funcionario en caso de que no jugara por la reelección.

La razón central para darle el esquema en V está amparada en los resultados. En ese sentido, el intendente llegó un 40% de los votos que luego elevó al 46% que le permitieron un buen grado de control en el Legislativo. En los sondeos más recientes, las encuestas arrojaron un 62% de aprobación de la gestión y una intención de voto del 42,8%.