El seleccionado Galo consiguió el segundo Mundial de su historia y la capital del país se convirtió en una verdadera fiesta al pie de la Torre Eiffel
París está de fiesta: una multitud se reunió, como durante todo el Mundial, a seguir el partido en pantallas gigantes junto a la Torre Eiffel. Unavez consumada la victoria, los cantos y la algarabía se multiplicaron. Las calles se inundaron de simpatizantes con banderas de Francia. Algunos llevaban bengalas de colores.
Cabe marcar que también se observaron algunos disturbios e incidentes: los festejos pasaron de la alegría por la obtención de su segunda Copa del Mundo a corridas entre hinchas y la policía por los Champ Elysees.